domingo, 28 de diciembre de 2008

El Raccord

¿Qué Raccord?


No recuerdo quién me dijo el otro día que no lo había visto. Y bueno, aunque es del verano conserva todo su frikismo intacto. Con todos ustedes mi opera magna. El Raccord.

(Nota: Para comprender el sentido absurdo del vídeo leed atentamente la explicación inicial sobre que es el Raccord.)

jueves, 25 de diciembre de 2008

Ichiro Solo, de Loewe

Dedicado a Dew y al Virrey de Venus.
El perfume que debes regalar estas navidades. Gracias a Shiroko por el montaje, que ya le vale.

Eguberri On!

Y para felicitaros la navidad os presento a alguien que seguramente no conoceréis. El Olentzaro.

El Olentzero u Olentzaro es un personaje de la tradición navideña vasca.

El Olentzero es un carbonero mitológico que trae los regalos el día de Navidad en los hogares vascos. Se trata de una tradición arraigada en las montañas de Navarra y Guipúzcoa, y partes de Álava cuyo origen parece estar en la zona de Lesaca se ha popularizado en el País Vasco, Navarra y el País Vasco francés desde las últimas décadas del siglo XX por lo que actualmente está considerado como parte ineludible de las Navidades en todos los territorios de cultura vasca.

El Olentzero es un carbonero que se representa como un hombre grueso, desarrapado, manchado de carbón, de buen comer y borrachín. El Padre Donostia lo describe como "cabezón sin inteligencia" (buruhandia, entendimendu gabea) o "puerco barrigudo" (urde tripaundia). Su singular característica es que vive aislado de la sociedad dedicado a hacer carbón vegetal en el bosque gustándole comer y beber bien y cada invierno baja de las montañas a los pueblos.
En la localidad Navarra de Betelu se decía en la antigüedad que tenia 365 ojos.

La hipótesis más extendida es que el origen de Olentzero es anterior a la cristianización del País Vasco y que, como indica Claude Labat "el personaje del Olentzero debe ser ubicado dentro de las celebraciones del solsticio de invierno".

Hay constancia de la existencia en el territorio vasco de la conmemoración del solsticio de invierno y el renacimiento de la naturaleza y del sol. En esta línea, el aspecto desarrapado, descuidado y viejo del personaje simbolizaría el tiempo pasado y su quema, manera habitual en la que terminaba el pasacalles del día de Nochebuena, representa la destrucción de toda relación con el "tiempo viejo" y el recibimiento de un nuevo tiempo. El paso de un tiempo que ya muere a uno renovado y lleno de vida, en palabras de J.M. Satrústegui, "supone dejar el camino libre al año que llega".

Esta hipótesis esta relacionada con costumbres locales similares. En Álava, Navarra, La Rioja y la comarca burgalesa de La Bureba el día anterior de Nochevieja viene un hombre que tiene "tantos ojos" como días del año y el día de Nochevieja "tantas narices" como días del año. En Larráun denominan al Olentzaro "el hombre de los 366 ojos".

El cristianismo adaptó las costumbres locales anteriores a sus nuevas creencias. El personaje del Olentzaro se habría convertido en el anunciador de la noticia del nacimiento de Jesús (como también lo hicieron los jentiles, que coinciden con el Olentzero en el tipo de vida aislado que mantienen). Se dota al personaje de un significado cristiano y hogareño acorde con las enseñanzas de la iglesia católica. La comparación con el universal Papá Noel, en particular en el País Vasco Francés, fue inevitable.

Desde la representación del "tiempo viejo" hasta la actual encarnación del bonachón carbonero que hace regalos a los niños se ha producido una evolución muy profunda. La mayor parte de la misma se ha realizado en la última parte del siglo XX.

El personaje de leyendas relacionadas con el sincretismo entre la mitología vasca y las tradiciones cristianas locales: un gigante o "jentil" que se convierte al cristianismo, da paso a las versiones más modernas de un carbonero que vivía en el monte y al que no le gustaban nada los niños. Cuando bajaba al pueblo a vender el carbón los niños se escondían de él. En el siglo XX la figura de Olentzaro incorporó elementos de las tradiciones de Papá Noel-Santa Claus y de los Reyes Magos, convirtiéndose en un personaje que el día de Navidad trae regalos a los niños.

Su historia se ha enriquecido con relatos e iconografía contemporánea. Unas versiones inciden más en los aspectos cristianos de su historia; otras eliminan los aspectos religiosos, pero conservan los mágicos, y otras suprimen todos los aspectos sobrenaturales de su historia, de forma que puede ser seguido por otras religiones e incluso por ateos. Hay versiones que lo convierten en un embajador de buena voluntad y espiritualidad, mientras la publicidad comercial incide en el aspecto de los regalos materiales. Además, algunos grupos inciden en los aspectos de la nacionalidad y la cultura vasca de la tradición, mientras otros los evitan. La versión tradicional lo suele presentar sucio, y fumando en pipa, aunque muchas veces, especialmente para el comercio, se crean muñecos de Olentzero limpios y sin tabaco. Hay quien lo considera una figura burlesca, y otros venerable. Así la canción tradicional del Olentzero, que en muchas versiones lo describe como entendimendu gabea ("sin entendimiento"), en otras versiones lo proclama entendimentuz jantzia ("(re)vestido de entendimiento").

Frecuentemente nos encontramos asociado a este personaje tradicional vasco la figura de Mari Domingi como su novia, con funciones también hacia los más pequeños. En algunos pueblos ambos personajes desfilan conjuntamente aunque esta situación no es tan frecuente como la kalejira (cabalgata) individual del Olentzero todos los 24 de diciembre. Frecuentemente se representa a Mari Domingi vestida con el tradicional traje de casero vasco y un curioso gorro en forma de caracol en la cabeza. (El tocado en forma de caracol es un tocado tradicional vasco que aparece reflejado con sorpresa por muchos autores anteriores al siglo XVI.)

Una de las funciones actuales del Olentzero es muy similar a la de los Reyes Magos, Papá Noel o el niño Jesús: los niños escriben sus cartas al Olentzero pidiéndole regalos, se las dan a sus padres, y algunos de estos regalos aparecen en casa en la mañana de Navidad. En el País Vasco y Navarra la mayoría de municipios celebran un desfile o cabalgata de Olentzero la víspera de Navidad, otros que celebran una cabalgata de Reyes la tarde del 5 de enero, y otros que celebran ambas. Como excepción, en Ermua (Vizcaya) el desfile de recepción del Olentzero se realiza el 31 de diciembre (sin embargo la Cabalgata de Reyes se efectúa en la fecha habitual). En dichos desfiles el Olentzero puede aparecer representado por un muñeco o por una persona vestida del carbonero.

Es costumbre que grupos de vecinos paseen un muñeco caracterizado de Olentzero (con la cara manchada de carbón, ropa tradicional, chapela, pipa, un saco con regalos, con vestimenta típica vasca) por las calles en Nochebuena, cantando y pidiendo dinero para algún colectivo humanitario, social o para sus propias actividades de ocio. Como despedida a este personaje, en eventos especiales es común incinerar al muñeco al finalizar, bien en la misma tarde-noche de nochebuena, bien después de las navidades. La imagen del Olentzero es un elemento característico y frecuente en la decoración navideña de establecimientos y mobiliario urbano en el País Vasco y Navarra.

La cancioncita:

Olentzero joan zaigu
mendira lanera
intentzioarekin
ikatz egitera.
Aditu duanian,
jesus jaio dala
lasterka etorri da,
berri ematera.
Horra horra,
gure olentzero!
pipa hortzetan duela,
eserita dago.
Kapoiak ere baditu,
arraultzatxuekin,
bihar meriendatzeko
botila ardoakin. (bis)
Olentzero, Buru handia,
entendimentuz jantzia.
Bart arratsean
edan omen du,
hamar arroko zahagia.
hau urde tripa haundia!
TRALARARA TRALARARA... (bis)
Traducción:

El olentzero se nos ha ido
a trabajar al monte
con la intención
de hacer carbón.
Al enterarse de que
ha llegado el invierno,
ha venido corriendo
a dar la noticia.
¡He aquí, he aquí
nuestro Olentzero!
Con la pipa entre los dientes
está sentado.
También tiene capones
con huevos,
para merendar mañana
con una botella de vino. (bis)
Olentzero, cabezón
vestido con entendimiento
Ayer anoche
debió de beberse
un pellejo de diez arrobas (de vino)
¡Ay que puerco barrigón!
TRALARARA TRALARARA... (bis)

De Wikipedia, la enciclopedia libre.
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Lo dicho, Eguberri On, Feliz Navidad.

sábado, 13 de diciembre de 2008

Tener o no tener, esa es la cuestión.

Reflexionando acerca de todo un poco me paro a plantearme el verdadero valor de la economía personal de cada uno en sus relaciones sociales.
Me explico.
La gente tiene una valoración de ti como persona, pueden pensar que eres una persona interesante, una persona valiosa, una persona querida. Pero tendemos a pensar que esas ideas que tiene la gente tienen como único factor determinante tus cualidades como ser humano, es decir, tus valores, tu personalidad, tu forma de ver el mundo e indudablemente tus cualidades intelectuales, etc.
¿Influye tu poderío económico (o la ausencia de tal) en ese baremo? Cuando tienes dinero puedes permitirte invitar a las personas a tomar algo, con lo cual eres más amable, amabilidad que aunque te sea innata no puedes demostrar cuando no posees recursos.
Puedes acudir a eventos que requieran pago previo, con lo cual se te considera más sociable, a los cuales te sería imposible acudir sin dinero. O peor, eventos a los que podrías acudir si otra persona te abonara el coste de tal evento, con lo cual seguirías siendo amable, pero un poco molesto para tu mecenas.
Ricemos el rizo: si la situación se prolongara, y tú, por tu naturaleza sociable desearas acudir a eventos o lugares y tuvieras la ocasión de que un buen samaritano te financiara la expedición repetidas veces, esa persona, independientemente de sus cualidades anteriormente mencionadas, poseería cierta deferencia o aprecio ante los demás por el simple hecho de poner un dinero que tú no tienes, y tú, irónicamente pasarías a estar mal visto socialmente por ir invitado a lugares de pago repetidas veces.
No importa tu situación, no importan las circunstancias, no importan el resto de tus cualidades. No tienes, no eres bien recibido, llegados a un límite.

Ahora pongamos que aparte de todas tus cualidades culturales, sociales e intelectuales posees además un fuerte sentido del civismo, y tu naturaleza y/o moralidad no te permiten dejar que otra persona sea tu cartera. Dejas de ir a los sitios, dejas de hacer cosas (por que seamos sinceros, hoy en día se pueden hacer muy pocas cosas sin dinero, y me considero una persona imaginativa a ese respecto, pero la austeridad se hace repetitiva, y por ende, aburrida), pasas a desvanecerte del ámbito social por el que antes solías moverte, con lo cual las relaciones con tus amistades decaen y acabas no solo pobre, como ya eras, sino además solitario.

En una ocasión, hace ya tiempo, hablando con la madre de una de mis novias le pregunté qué opinaba acerca de mi relación con su hija, que qué le parecía. Ella respondió, con toda sinceridad: "Eres buena persona, pero todas las madres quisiéramos que nuestras hijas estuvieran con una persona con un futuro razonablemente prometedor. No te estoy despreciando por ser reponedor en Caprabo. Simplemente pienso que podrías haber tenido más suerte, pero lo que una madre quiere no es lo que siempre sucede, además, quererse es lo importante."

Quererse es lo importante, ¿hasta cuando me querría su hija? pensé. Si pasara el resto de mi vida en el paro, los problemas económicos nos acosarían, o en un caso más prometedor, ella me mantendría a mi, con lo cual estaría peor visto. Teniendo en cuenta aparte mis aptitudes, y mi predisposición a trabajar. Si no tuviese trabajo por ausencia de estudios seguiría siendo tan humano, gracioso, entretenido y carismático como lo soy ahora. Pero no sería una persona de bien hasta que no ganara el suficiente dinero.

Conclusión. Ironías de la vida, puedo ser una buena persona, pero eso no tiene que ver con ser una persona de bien.

Nota: Esto no va por nada en particular, no me ha pasado nada, no estoy resentido. Simplemente me da por comerme la cabeza un viernes a las dos de la mañana por que no tengo dinero para ir a tomarme una cerveza.